miércoles, 23 de noviembre de 2011

La manzana envenenada

Se consumaron las encuestas. Era la crónica de una muerte anunciada, más bien de un suicidio. La crisis y los mercados tumban otro gobierno europeo. En este caso, el nuestro. Su negación de la evidencia en primer termino y el tsunami posterior de una crisis virulenta y cambiante le ha pasado factura al socialismo gobernante. Socialismo que se escondía detrás de unas siglas históricas para actuar con políticas más cercanas a la derecha en cuanto a economía y con actuaciones de galería respecto a las políticas sociales.

En tiempos en los que necesitamos gobernantes férreos y fuertes, de intensa carga política y social, con visión de futuro y no arrendados a poderes fácticos ocultos o con aprecios manifiestos a la permanencia en la poltrona a cualquier precio, hemos carecido de un gobierno ágil y competente y de una oposición  coherente y con la altura política necesaria en las grandes ocasiones. Se ha demostrado que todo vale para dejar caer un gobierno, le cueste al país lo que le cueste. Y también hemos disfrutado del patético espectáculo de ver como algunos se aferran a su trono a costa del bienestar de sus administrados y la estabilidad del Estado.

Y el pueblo, soberano y mucho más inteligente que estos políticos que nos han tocado en el sorteo piensan, han dictado su laudo con claridad. No ha dejado duda de su voluntad, y no solo en lo que a grandes mayorías se refiere. Debemos hacer todos una reflexión profunda sobre los resultados de estas elecciones. Empezando por los perdedores y terminando por los poseedores del nuevo rodillo azul.


El Partido Socialista debería, en principio, hacer una gran y pausada reflexión sobre sus siglas, su vigencia y sobre la realidad de la misma en su ideario actual y en su hoja de ruta presente y futura. Cuando alguien se desploma de este modo no debe salir corriendo, como con vergüenza. Debe levantarse, revisar las posibles heridas limpiarse la pertrecha indumentaria y tomar medidas respecto a las causas del accidente. Desde luego este proceso no tiene nada que ver con, me han empujado, había un bache y me doblé el tobillo, el mundo se conjura contra mí y me ha apagado la luz y ha tirado de la alfombra. Hay que tener la suficiente humildad y decencia para analizar el fracaso, extraer los errores propios y sus consecuencias, mejorar los medios para subsanarlos y abandonar la senda, cediendo el testigo a nuevos corredores, si somos incapaces de afrontar los retos del futuro. La incapacidad manifiesta de gestionar y de aunar esperanzas y voluntades debe pesar más que las familias políticas y el ansia de poder manifiesta en este banquete de lobos hambrientos, que son capaces de dejar despeñar a la manada por seguir liderandola y no ceder la silla. ¿¿Dónde está la búsqueda del bien común, la igualdad, y otras grandes guias de su ideología??

El partido vencedor deberá enfriar la euforia y gestionar con prudencia y cautela la confianza depositada. Viendo experiencias anteriores de la misma formación, me provoca serias dudas la capacidad de aunar esfuerzos sin imponer criterios, contrarios a una mayoría social, que no parlamentaria. La mayoría absoluta no justifica la regresión en las conquistas sociales alcanzadas por nuestra sociedad, que nos sitúan a la cabeza en criterios de igualdad en nuestro entorno.

La adopción de las medidas oportunas para superar la crisis deberá tener en cuenta el equlibrio en el esfuerzo entre los más desfavorecidos y los grandes potentados. El equilibrio presupuestario debe mantenerse lejos de los despilfarros en fastos innecesarios a los que nos tiene tan acostumbrados la derecha española y cerca del bienestar social alcanzado en las últimas décadas. No debemos volver a caer en modelos de falso crecimiento que nos sumerjan de nuevo en paraíso irreales de bonanza y despilfarro consentido. Control del gasto y de la recaudación antes que recortes de servicios. Apoyo al crecimiento del tejido empresarial alejandose de la especulación y el pelotazo. Menos pan y toros y más futuro.

Otro de los toros más complicados por el futuro gobierno es el de la nueva realidad surgida de las urnas. Nuevos partidos políticos que buscan intereses no sujetos a la realidad mayoritaria, pero que se han convertido en altavoz de la voz popular, a pesar de la Ley D'hont. Afrontar una reforma electoral es una petición que crece como la marea en nuestra sociedad y el planteamiento de un ciudadano, un voto coge fuerza en las calles y los foros de opinión. La nueva realidad vasca y los resultados electorales en Euskadi deberán tenerse muy en cuenta a la hora de tomar decisiones en los últimos tramos de este problema que ha asolado la libertad en España en los últimos 50 años. Generosidad y voluntad por las dos partes son cualidades exigibles a estos representantes del pueblo que han surgido de la última cita con las urnas, la primera sin amenaza terrorista.

Vista esta situación, todavía no entiendo porque botaban en el balcón de Génova. Conociendo su pasado y sus huestes, no envidio a quien tenga que morder la manzana envenenada de esta victoria.

martes, 8 de noviembre de 2011

No me grite que no te veo!!!!

El momento más mediático de esta campaña electoral ya ha pasado. Medio millón de euros de coste y 12 millones de audiencia en las distintas cadenas. Y hoy, ¿Qué? La mañana después no queda mucho más que titulares manidos y grandilocuentes reflexiones que garantizan las nóminas de los tertulianos y analistas políticos. Acaso nuestros políticos, de tan pésima calidad, precisan de análisis sesudos y tertulias, con l caro que es el tiempo en los medios de comunicación?

Siento el mismo desasosiego que sentia tres horas antes de comenzar el debate. Nada nuevo bajo el sol. Incluso diría que menos de lo que debería. Tantos minutos de y tú más.., y ninguna propuesta seria sobre la mesa. Más que nada decepción y preocupación. Por el que lucia la piel del oso antes de cazarlo, aunque este este en una habitación cerrada con la fiera, atada de patas y pies y armado hasta los dientes. También por el que actuaba como Santa Inquisición de futuribles que no supo convertir en presente en un pasado cercano.

Y dónde han quedado las reivindicaciones de la calle? Eché de menos a los indignados y a los parados. A la problematica autonómica. Las reformas institucionales y la defensa e los derechos civiles de los más débiles y potencialmente excluidos en un más que posible gobierno de derecha, católica, apostólica y bancaria. y sobre todo, dónde estaban las mujeres? Todas en segunda fila, de artistas de reparto. Las de la izquierda y las de la derecha. Coristas de distinto estilismo en cuanto a vestuario, peluquería y maquillaje, pero nada más que coristas.

La Derechona del señor bien gallego, sin sangre ni emoción, registrador que guarda, sin duda, cadáveres en algún rincón oscuro, mal visto pero asumible, mientras no sea visible, por sus huestes. Rodeado de esa corte de leonas pijas, vestidas de marca y peinadas como señoras bien y respetables, dignas de su señor. Las cuales, al menor descuido, recogen sus faldas para sacar de la faltriquera la navaja del recorte y la traición con tal de marcar el terreno como gallina madre del gallinero. Y es que hay mucha gallina para tampoco gallo.

En la izquierda que reniega hasta de su color y de su obra, excepto para sacar al campo de batalla a las viejas glorias en busca de réditos electorales, imposibles de alcanzar con sus propuestas y sus logros, también están ellas en la segunda fila, de decorado progresista y de diseño, de un candidato sin carisma ni proyección. Un buen segundo no tiene por que ser un buen primero. Ellas pretenden demostrar ser tan distintas a las de enfrente que se tocan por los extremos. Resultan prepotentes, alejadas de la realidad y del pueblo. En ocasiones, extremistas en sus reivindicaciones que han sido incapaces de convertir en realidades durante su tiempo de gestión, desafortunada y carente de guía. A la hora de la verdad, a la que despuntaba, se la llamó a capitulo por atrevida y disonante. Nunca vimos una cabeza de cartel sin corbata, debieron pensar, y sigue dándoles miedo. Tan progresistas....

De las fuerzas menores, mejor ni hablar...ya que no se les ha dado ni sitio en la pelea de corral.

Hoy convivo con la decepción de la ausencia programática, de la perdida de la credulidad en los que nos dirigen o lo pretenden hacer, con tan desafortunado tino, y con la nostalgia de un cambio veraz en el reparto de las responsabilidades y derechos sin tener en cuenta ni género ni orientación sexual, solamente la capacidad como individuo de asumirlas y llevarlas acabo. no negaré que temo tiempos grises para los derechos civiles conseguidos en las últimas décadas. Igualdad de género y orientación sexual, el aborto, el acceso a la educación y a la sanidad, el derecho al trabajo digno.... Todo en manos de aquellos que también lucen en público la corbata azul y la barba arreglada, y que deberían agachar la cabeza, y asumir responsabilidades y limpiar miserias, por los desmanes provocados por sus huestes en sus reinos de taifas en estas áreas.

Espero poder seguir pensando y expresándome como individuo, a pesar de no gustarme la corbata azul, ni los trajes gris pesimismo, las paginas centrales del Interviu y las misas de las doce. Alejada mi opinión de mi condición sexual, género, nacionalidad o tendencia política. Opinión de persona. Una persona, un voto.

viernes, 21 de octubre de 2011

La voz

Hoy es un día donde la voz torna a tener una importancia soberana en nuestra sociedad. Solamente la voz y la palabra como expresión máxima de nuestros anhelos, metas, opiniones, protestas y creencias. La voz como derecho y vehículo para ser uno mismo y para participar de proyectos comunes con otros seres iguales, al margen de toda diferencia de género, raza, credo u opinión. De todas las voces que hemos escuchado hoy, unas más importadas que otras, unas más repletas de rencor o desconfianza que otras, unas más llenas de alegría y esperanza con otras, me quedaré con dos.

La primera es la de un español, de mediana edad, de nombre Armando, guardia civil de profesión, que desempeñó durante años su trabajo en Euskadi en las fuerzas antiterroristas. Padre e hijo. Hijo de un padre que falleció mientras ejercía su profesión, en Madrid, en un atentado de ETA. Conducía el coche en el que fallecieron un magistrado y un policía , aparte de él. Sí, un coche bomba que le segó la vida por trabajar. Mientras su hijo intentaba evitar que los asesinos de su padre no lo lograran. Ironías de la vida. Este hijo destrozado es padre de una niña, que nació en Euskadi, y que se llama Usuo. Paloma en castellano.

En una tertulia radiofónica, que trataba de plasmar el importante momento que vivimos, se han abierto los micrófonos para escuchar la opinión de los oyentes. Esto ha ocurrido después de escuchar a sesudos contertulios, oscuros políticos, recelosas asociaciones de toda índole. Pero de repente ha llamado Armando. Para contar su historia y hacer el silencio. Un silencio que se ha hecho eterno cuando, tras narrar la muerte de su padre y su rabia por haber fracasado en su función, ha afirmado con tono firme y convencido que no se puede vivir eternamente en el rencor. Que hay que mirar hacia adelante y disfrutar de la alegría del fin de esta lacra. Y de repente, en medio de ese silencio que recorría España por las ondas, afirmó " ¿Cómo puedo odiar a la tierra donde nació mi hija?". Tras esta lección de generosidad, nos ha fascinado con su deseo de correr la media maratón de Donosti, ciudad que adora y de la cual ha recomendado rincones que todos deberemos conocer. Es militar, corredor, padre, hijo y mejor persona.

De esta voz solo pediría oídos para escucharla. Humildad y generosidad para compartirla y aprender de ella. Visión para poder hacerla propia y tomarla como guía del camino a recorrer. Muchos de los que han hecho de su voz su profesión deberían mirar hacia este padre, hijo y corredor. Y reflexionar si no es tan mezquino lo que hacen en busca de réditos oscuros de extraña factura.


La otra voz es la de un señor de edad avanzada. Canadiense de nacimiento y granadino adoptivo de profesión. Alguien que ha dedicado su vida a dar voz a todo aquello que no lo tiene, como es el corazón, las ideas, los sentimientos, el silencio o el dolor. Hoy lo premian por hacernos llegar su voz y con ello, ayudarnos a abrir nuevas puertas en las que reconocer nuestro mundo particular y el de nuestros semejantes. Conocer a nuestro semejante y comprenderlo. Aliviar el sufrimiento y el dolor ajeno y propio. Una voz que a pinceladas hace mejor y mas bello nuestro mundo. Sin silenciar otras y con la generosidad del que la regala sin pedir nada a cambio. Lo premian por ser voz y de belleza singular.

Al agradecer este galardón, sube desnudo de discursos en papel y sobriamente vestido de negro. Inmensamente humilde agradece la honra de este premio y su deuda con esta tierra, estas gentes. A ellas le debe su guitarra de cedro con aromas de Asturias, siempre viva por que la madera nunca muere del todo. Deuda con la voz que apredió a encontrar a través de la de Garcia Lorca. Deuda con un anónimo español que le enseñó sus primeros 6 acordes antes de suicidarse en una pensión de Canadá. Y que le mostró el camino de la voz de las entrañas de nuestro flamenco.

En su momento de gloria, devuelve su deuda a sus anónimos acreedores, que no reclamaban pago. Sin papeles y desde su corazón desnudo, elegantemente vestido de negro. Inmensamente humilde, discretamente eterno. Él es Leonard Cohen y set mundo sería peor sin su voz.

Dos voces, dos mundos. Un solo corazón. El de la generosidad como vehículo de búsqueda de la felicidad propia y colectiva. Solamente espero que tantas voces altisonantes, casi malsonantes enmudezcan un tiempo, para reflexionar si su ausencia de mente y corazón se lo permite, y aprenden de estas voces, serenas, discretas, humildes y eternamente ejemplares.

martes, 18 de octubre de 2011

La hora vasca

En estos días de Conferencia en Donosti se cuela por todas las ranuras de la actualidad el problema vasco. Y sí, no tengo ningún problema en calificarlo de problema, incluso de conflicto. Sí, de conflicto, puesto que es una situación que divide de una manera traumática y dolorosa a un pueblo, el vasco. Evidentemente, es fácil en este caso, saber de buenos y malos, aunque después de 50 años es, en ocasiones, difícil definir blanco y negro en esta historia.

La actividad de ETA, como grupo terrorista, comienza en la época franquista, en el último tercio de la dictadura. Cierto es que no es en este momento cuando comienzan los movimientos nacionalistas en el seno de la sociedad vasca. Desde principios del siglo XX se estructuran estos movimientos, apareciendo los primeros partidos políticos de carácter nacionalista, incluso independentista. Al igual que en la sociedad catalana, el hecho vasco no es un fenómeno que nazca de repente como reacción a la dictadura franquista. La identidad de los dos pueblos es innegable desde el punto de vista histórico, cultural, lingüístico y, en ocasiones, político. Cierto es que los caminos elegidos para su reivindicación no han sido los mismo, quizá tampoco lo fue el hecho represivo en los dos territorios en los tiempos posteriores a la guerra civil.

El terrorismo, en esencia, es repugnante por la disposición que hace de vidas humanas inocentes como vehículo de venganza o reivindicación política. También del deterioro y destrucción de patrimonio público y privado. La defensa de derechos e ideas no justifican la violencia como vehículo de expresión o herramienta de venganza frente al oponente, casi siempre en una posición de mayoría refrendada por las urnas. Aunque el germen provenga de un estado autoritario y dictatorial.

Partiendo de la base de lo injustificable del terrorismo, no es lo mismo los distintos conflictos terroristas que se desarrollan en el mundo, puesto que sus problemas parten de raíces distintas. Desde ocupaciones territoriales discutibles hasta guerras encubiertas entre pueblos de distinta tenis, incluso religión. En el caso vasco, el fenómeno terrorista desarrolla casi toda su actividad en un régimen democrático. Sus actuaciones no van acompañadas de un componente de liberación de un régimen opresor, si no de no aceptación de la soberanía popular y del juego político al cual se podría haber integrego el movimiento de liberación vasco, combatiendo con las armas con las que se defienden el resto de las opciones políticas. Las ideas y la palabra.


Ellos eligieron no adoptar este cambio en el momento que tocaba, aunque jugaron durante años al despiste mediante el brazo político del movimiento, en sus distintas denominaciones. Se convirtieron en la parte autoritaria del conflicto intentando imponer mediante el miedo, la muerte y la extorsión su visión política y su proyecto nacional. Cierto es que este movimiento tiene un apoyo social en ningún modo desdeñable y que no son pocos los que comporten sus tesis políticas, aunque todos no comparten sus métodos, delictivos e ilegales a todas luces.

Durante estas décadas la brecha en el pueblo vasco se ha hecho casi insalvable. Casi mil muertos sobre la mesa son difíciles de olvidar y de perdonar. Los partidos de carácter españolita han sufrido estoicamente en sus carnes y sus filas, el dolor de la muerte, la extorsión, el desprecio y el vacío social en muchos casos, por defender sus ideas y su visión de la realidad de Euskadi. Las posturas se han radicalizado, incluso durante años han sido insalvables, perdis fose la esperanza de una solución dialogada a este problema.

Pero todo tiene su límite, y el aguante de un pueblo callado y castigado durante años por ambos lados anunció su caducidad después de los hechos de Ermua. Se aumentó la presión policial sobre la banda a ambos lados de la frontera mientras las tesis radicales de ETA perdían apoyos entre sus seguidores. Se les acotaron las vías democráticas a quienes jugaban al doble juego de matar y votar. Y poco a poco se ha ido ahogando a la organización terrorista y su entorno. Por primera vez se intuye la luz al final del túnel. Pero este es el momento más difícil de este conflicto. Ante la posibilidad de la rendición de la banda y el cese de la actividad armada, se necesita una altura política importante al otro lado y la generosidad de todo un pueblo para cerrar la grieta de dolor que atraviesa los territorios vascos, y en mucho casos España entera, que ha sufrido en muchos casos los latigazos terribles de los atentados.

Me asalta la duda de la capacidad de muchos de nuestros políticos para llevar a buen termino esta situación. No solo se puede pensar en estos momentos en réditos electorales y arengas de cara a la galería. Se espera de ellos la grandeza de los estadistas de verdad. Visión de futuro y la consecución de una solución que equilibre las voluntades del pueblo vasco y no de sus intereses partidarios. Ahora es el momento del pueblo vasco, nunca h estado más cerca la paz. Es la hora vasca y si en este momento no estamos a la altura posiblemente no haya reloj que la vuelva a marcar.

Solamente pido, en mi modesta opinión, respeto a las leyes, a la voluntad de los vascos y al dolor de las víctimas, generosidad en el perdón y en los planteamientos del nuevo panorama social y político de Euskadi y esfuerzo hasta la extenuación por todas las partes por lanzar la paz. Este debe seres objetivo último de todas las acciones presentes y futuras.

jueves, 13 de octubre de 2011

El gran error de Europa

Llevamos meses sumergidos, incluso años, en los efectos de una crisis salvaje, quizás la mayor de las últimas décadas. Ni viejos ni jovenes recordamos una situación igual en la que quedara en evidencia la permeabilidad de las fronteras y la debilidades de nuestro tan admirado modelo capitalista occidental. Esta crisis nos ha pillado con los deberes por hacer, aun siendo predecible por la puesta en riesgo de nuestro modelo económico a costa de someterlo a desmanes públicos y privados, acometidos sin control ni previsión. Nos mató la fábula de la cigarra y la hormiga, aun conociendola desde pequeños.

Últimamente estamos cansados de oír hablar de la quiebra griega, la presión de la férrea Alemania y el ataque de los mercados. Parece que nos hablen de la n-ésima parte de la Guerra de las Galaxias. El ataque de los mercados. Esos entes sin rostro ni forma que tienen la capacidad de tumbar gobiernos, reventar la Bolsa, y ponder en cuadro a la Banca y al Estado, sea cual sea este último. Y todo por la pasta como único objetivo.

Hartos estamos de ver la lentitud, la duda constante y los tiras y aflojas de los distintos socios en la gobernanza política y económica de Europa. Ese ente abstracto que viene del inicio de los tiempos y cree ser el origen de todas las cosas. Ese pequeño continente ondee parece haber nacido todo y desde donde se creó todo lo que conocemos como mundo civilizado. Primer error. Europa no es el ombligo del mundo.

Durante siglos, y sobre todo en la Edad Moderna, Europa fue cuna e origen de grandes descubrimientos, Palimpsesto de antiguas culturas y propulsores de aventuras colonizadoras. Ningún territorio ha condensado tantas potencias enfrentadas, tantos conflictos mal resueltos, más cuitas religiosas, familiares y étnicas como la vieja Europa. Desde aquí partieron todos los barcos que pretendieron descubrir un mundo nuevo, en el que ni se creía ni que fuera redondo. Solamente empujados por la gran característica del europeo de la época. Codicia y poder. Esto nos dió fuerza para arrasar culturas y nuevos territorios y esquilmar materias primas y tesoros. Crear el mayor mercado de esclavos del mundo y esparcir odio y rencor por los continentes restantes. Nunca se nos ocurrió pensar que no éramos el centro del mundo si no solamente una parte más. Gran parte de la culpa de este furor vino propiciado por una iglesia politizada, ambiciosa y de tenebrosos intereses, fanática de la lucha contra el diferente, al cual le llamaba infiel, o indígena.


Nosotros mismos fuimos víctimas de nuestra propia codicia y ambición. Guerras, invasiones, conflictos etnias y nacionalistas, creación y destrucción de estados, han jalonado nuestra Historia hasta hace escasamente 15 años. La última gran guerra todavía no está ni resuelta y todavía humean ruinas en los Balcanes. Nunca ha existido la identidad europea como tal y quien la abandere miente como un bellaco. Nos miramos de reojo y siempre nos consideramos mejores que los del otro lado de la frontera.Segundo gran error. No somos europeos ni lo sentimos. No nos gusta serlo si no es para utilizarlo como reproche a los que provienen de otras potencias, emergentes o no, o de nuestras antiguas colonias.

Los esfuerzos políticos por alcanzar la unión política y económica, de la mano de unos pocos visionarios comprometidos con la causa, se han quedado en tibios acuerdos que no nos comprometen en exceso y nos garantiza no perder nuestro sacrosanto poder nacional. Ese que tantos problemas nos genera y que, sin duda, es un lastre peligroso en un futuro más o menos cercano. No existe voluntad política de una creación de una unión fuerte y real, en la que los estados actuales renuncien a competencias concretas y reales en los temas importantes, como economía, defensa, trabajo, educación.... Si realmente dejáramos de mirarnos al ombligo nacionalista, ya sea patrio o autonómico, para creer en una entidad supranacional fuerte y competitiva que nos garantice un barco solido y con recursos para navegar en las aguas turbulentas de la situación actual. Este es el tercer gran problema. La inexistencia de la identidad europea ni de la voluntad política para crear una unión real y solida.

Cierto es, que en estos tiempos de crisis, la altura de nuestros gobernantes, y no lo digo por la física del francés, si no por la política del resto, deja muchísimo que desear. La gran carencia de visión, la falta de generosidad, su incapacidad para generar un proyecto común y fuerte, su verdadera esclavitud al sillón que ocupan, les incapacita para ser los padres del proyecto europeo. Única tabla de salvación para este viejo continente que sigue viviendo de antiguos imperios y terciopelos ajados que adornaron nuestros talles y nuestros salones. En manos de estos incapaces, que en ningún momento han dejado de mirarse a su propio ombligo, dejando clara su condición de europeos de pro, difícilmente conseguiremos los cambios indispensables para poder recuperr un posición de liderazgo en este mundo globalizado y de cambios constantes. Un hueco propio por derecho e imprescindible entre las potencias existentes y las emergentes. Cuarto gran problema. Inexistencia de líderes carismáticos y de altura política y de visión supranacional.

En este escenario en el que nos encontramos, solo nos queda una salida, o incluso dos. La primer adoptar una nueva actitud de apertura de miras frente al proyecto europeo y sumar sinergías que nos permitan alcanzar criterios de competitividad y un nuevo renacer de Europa como potencia o una segunda que nos mantenga con la mirada fija en nuestros viejos logros que han hecho pelotilla en nuestro ombligo, mientras viajamos a Alemania, EEUU o Brasil como nuevos obreros emigrantes del siglo XXI. Si somos capaces de abstraernos y saltar fuerte hacia el cielo, tendremos otra visión de nuestro mundo.

Hace 600 años éramos musulmanes, hace 2000 romanos y hace más o menos un millón monos. ¿Por qué no vamos a ser europeos ahora?

lunes, 10 de octubre de 2011

La miseria catódica

Estos días se publican encuestas sobre la percepción de los telespectadores sobre la televisión y sus distintas cadenas. Debería publicarse también algún tipo de barómetro ético sobre las distintas programaciones. Incluso en algunos casos se deberían someter a diversas consideraciones jurídicas. El Todo vale en televisión ha llegado a límites que superan lo tolerable en una sociedad saludable y coherente.

Durante años en España solamente pudimos disfrutar de las cadenas públicas nacionales. La primera cadena y la UHF. El desembarco de las cadenas privadas de un modo gradual se recibió con gran satisfacción por el aumento de oferta y los distintos puntos de vista informativos que se planteaban a partir de ahora a través de la pantall de nuestro televisor. Después llegaron las cadenas autonomías, las temáticas, las de pago...., así hasta la llegada de la TDT.

Todos teníamos la esperanza puesta en que la multiplicidad de contenidos, la variedad de oferta, la competencia, al fin y al cabo, ayudara a conseguir mejorar la calidad de la programación. Los años nos han sacado de ese error. Duplicidad de contenidos y formatos, contraprogramaciones, tediosas formulas de carácter recaudatorio en la madrugada, carencia de contenidos de carácter educativo y formativo o de contenido social. La competencia y la presión económica llevo la lucha a las parrillas de audiencia, olvidando la calidad y la ética de los contenidos.

Respecto a la cuestión ética, creo que se ha rebasado la linea roja que nunca se debió atravesar. Abanderando la bandera de la libertad de expresión se han pisoteado multitud de derechos fundamentales. La libertad, la presunción de inocencia, la intimidad, el honor, etc... e infinidad de ellos. Los periodistas, y algunos que no poseen ni este titulo, que sólo capacita para conocer los principios básicos de una profesión pueda en entredicho por una legión de mercenarios sin escrúpulos, han usurpado un extraordinario poder que los convierte en la nueva Inquisición. Cualquiera de ellos puede emitir juicios y difundir noticias de dudosa certificación y constatación periodística con impunidad y cierta malevolencia. El único objetivo profesional es el de conseguir puntos de audiencia, aparte del personal de hacer daño a enemigos íntimos o simplemente a los que no son de nuestra cuerda de farra o gustos ocultos.

Han proliferado formatos televisivos basados en la cacería de personajes públicos, la disección de sus vidas privadas y su lapidación publica en nombre de unas extrañas y volubles normas morales que dictan estos supuestos periodistas todo poderosos. Se ha llenado de programas que se retroalimentan unos de otros en una espiral de autocreación de noticias, que en condiciones normales no importarían a nadie. Han construido ídolos de pies de barro para derribarlos a base de bulos, reportajes de cámara oculta, y extraños testimonios de gentuza que mataría por un segundo de gloria en un plató.


En toda esta vorágine se han visto envueltos personajes, más o menos profesionales en sus dedicaciones laborales, que son perjudicados y apedreados por el mero hecho de haber coqueteado en algún momento con este mundo amarillo y pestilente. O en ocasiones por haberse visto convertidos en punto de mira de estos depredadores a falta de otro muerto que descerrajar.

Todo tiene un limite, aunque este juego en ocasiones sea aceptado por ambas partes. Se ha llegado a un punto donde ya no hay retorno. Afecta sensiblemente a los valores de esta sociedad, al ejemplo que se da a las nuevas generaciones en cuanto a lo que se refiere a lo costoso de alcanzar las metas, la progresión personal, la ética y las libertades personales. No todo vale y menos el difama que algo quedará. Las leyes y las autoridades que las ejercen y las promulgan deberían tomar cartas en el asunto. No se puede permitir la intimidación de estos vampiros, ni sus maniobra especulativas respecto a la dignidad y la privacidad de las personas, famosas o no, vendedoras de exclusivas o no.

Por supuesto que se debe garantizar la libertad de prensa y de opinión, valores fundamentales de nuestra democracia. Pero también hay que poner limite al libertinaje, a la difamación y a la injuria. Las cuotas de pantalla no lo justifican todo. Los empresarios del medio deberían revisar sus códigos éticos y los limites de los mismos. Deberían ser conscientes de la responsabilidad de los medios de comunicación en la construcción de nuevos patrones sociales, educacionales y éticos. No solo se puede utilizar el medio como máquina de producir billetes a costa de la destrucción de derechos fundamentales aunque el público lo refrende. También los romanos iban al circo y rugían más que los leones ante sus carnicerías. Y eso no lo avala éticamente.

domingo, 9 de octubre de 2011

La peletería

Este fin de semana los informativos se nutren de las distintas actividades de los partidos políticos antes de las elecciones del 20N. Distintos formatos, distintos partidos, distintas expectativas. Y mientras tanto el pueblo afronta ente fin de semana con más paro, menos ilusión y sin fútbol de primera. Ni pan ni circo, como garantizaban los antiguos romanos.

Mientras tanto, los políticos se encontraban enfrascados en la dura tarea de la peletería. Según Wikipedia es la industria que se encarga de la elaboración de indumentaria con las pieles de los animales. Claro que para poder desempeñar esta tarea es necesario tener la materia prima. Detalle que parecen haberse saltado nuestros futuribles, y no por eso deseados, representantes en las instituciones. No está bonito negociar con las pieles antes de cazarlas.

Desde Andalucía, las gaviotas despliegan radiantes y un tanto prepotentes sus alas en señal de victoria. Celebran una convención de autos Irma ion y con ciertos tintes de celebración a mes y medio de las elecciones. Resulta un tanto insultante cierto tono de seguridad en el triunfo, sin tener en cuenta que solamente la voluntad popular, y cuando hablo de popular no lo hago de sus afiliados si no de todos los españoles con derecho a voto, puede decidir quien gana o pierde unas elecciones. Es una de las grandezas de la democracia que a algunos se les olvida con facilidad, quizás por que aun esconden ciertas carencias en cuanto a asumir los postulados de este sistema de gobierno.

Cuando uno está tan seguro de su victoria, descuida las formas y los pasos previos. Es de mal gusto repartirse las carteras ministeriales de un gobierno inexistente, aunque probable si hacemos caso a las encuestas. Esas mismas que tantos disgustos han dado en otras ocasiones a otros que dibujaban patrones de su cazadora de cuero o de su abrigo de visón, según gustos.


También esa seguridad de visionarios acentúa el tono de ciertos discursos encendidos y en ocasiones insultantes para la inteligencia y la prudencia que se espera de un político de carrera, bien formado y de impecable ejercicio profesional. A los incendiarios y resentidos mejor que los escondan, como han hecho en otras ocasiones. Hay gente que aunque conserve su carisma, incluso haga gala de su nueva condición física, mejor que evite determinados posicionamientos en estadios nuevos y que han superado su acción de gobierno, evidentemente caduca y desfasada. Hay problemas que evolucionan con el tiempo y por doloroso que parezca precisan de visión de estado y generosidad para su resolución. En estos, no es bueno que los ideólogos ni los negociadores sean juez y parte a la vez. No aportan nada más que rabia y resentimiento. Demasiado duro y difícil ha sido llegar. Este punto pa dejarnos llevar en estos momentos por teorías incendiarias y fruto del resentimiento o el totalitarismo. Y esto es aplicable en ambas direcciones. Y el que lo quiera entender que lo entienda.

Del otro lado en un céntrico hotel madrileño, el socialismo español, que parece avergonzarse de sus siglas, de sus símbolos y de su pasado reciente, cosa esta última que no me extraña, escenifica el cierre de sus listas con una extraña revisión de las mismas aplicando criterios de discriminación positiva. Espero que también se apliquen criterios de eficacia y de capacidad para el desempeño de la función del cargo para el que se aspira en estas listas. Y no solamente en las mujeres y los hombres. Es un poco desilusionaste, ya en primera instancia, ver que se tienen en cuenta otro tipo de criterios a la hora de confeccionar las listas, como la adscripción a corrientes, el genero o la simpatía personal. Es importante y loable la lucha por la incorporación de la mujer a los centros de decisión, pero no desde el calzador si no de la equidad y la normalización.

Aparte las riñas de pandilleros, como a las que nos tiene acostumbrados la federación de Madrid, aportan muy poco y desmotivan a las bases. Generan una sensación de lucha por el poder, y no de trabajo por la mejora de la sociedad y de búsqueda de soluciones a los problemas acuciantes que sufre nuestra nación en egos oscuros momentos de crisis. La verdad que estos enfrentamientos después de la dudosa efectividad de la última legislatura no fageneran confianza en un proyecto que se pretende vender como renovado y rompedor, más cercano a la sociedad y a la equidad. Desde los hoteles de lujo es difícil transmitir este mensaje.

Cierto es que parecen haberse cambiado las tornas. La derecha hace gala de un populismo cercano al sindicalismo republicano de los 30 y llena pabellones, plazas de toros y recintos feriales. Se han apropiado, gracias a las piruetas del destino y de las modas, de las coderas, los pelos largos y las barbas. Y gritan a los cuatro vientos que son poseedores de las claves del cambio. Como me recuerda todo esto al 82 y a Felipe González. Mientras la izquierda mayoritaria se aleja de las plazas y se esconden en los salones de los hoteles, con chaquetas azul marino y pantalones cafe con leche.

La derecha se acerca al pueblo, al cual luego le priva de prestaciones sociales irrenunciables, como al parecer son para ellos sus asesores, sus coches oficiales y los dudosos gastos de representación, así como los coqueteos con las enseñadas concertadas de los grupos religiosos y la sanidad privada que no garantiza el acesso de todos los ciudadanos. Mientras los socialistas coquetean con los bancos, las acciones militares, EEUU y la cúpula empresarial, que ls traiciona a la primera de cambio. Incluso llega a plantearse, en estúpidas maniobras incompresibles, el control de la libertad de expresión en los medios públicos.

¿Y en qué momento se han olvidado de lo verdaderamente importante en estos ceremoniales de autoafirmación o huida hacia delante, dependiendo del caso? Se han olvidado, como siempre, de los votantes, del pueblo. De la soberanía popular,que es donde reside todo, según nuestra Constitución. Se han dedicado a jugar con la piel de nuestros votos, sin haberlos cazado todavía. Merecerían que la presa por un vez fuese el cazador y terminar con u voracidad de poder, cada vez menos oculta y desvergonzada. En algunos momentos creo que necesitamos una revolución pacífica que termine con este bipartidismo voraz y que ha perdido, al parecer, todos los principios éticos y políticos, que ha huido d los ideales par esconderse en el beneficio propio y la cuota de poder. ¿Nos merecemos esto realmente?